"... que no se puede hablar lengua clara y pura, no porque te lo impidan sino porque nadie la entiende, lo que es mil veces peor." Reportaje a mí mismo; Benjamín Subercaseaux
Aclaración: he usado tonto e idiota en un mismo sentido, aunque ciertamente no lo tienen, disculpen mi normalidad.
Es impresionante la cantidad de personas que nos vienen a la mente cuando nos preguntamos con seriedad quien ha dicho alguna tontería, pero de esas tonterías que no salvan la vida de nadie, pues a lo más la ponen un poco más al borde de la vergüenza, pero como esta cosa ya se ha ido masificando cada vez la gente es más idiota así que ya parece una cosa cotidiana y puede uno pasar desapercibido en el diario vivir cuando habla en idiota, también conocido como “hablar normal”. Fuera siquiera solo eso, hablar en normal y ya, pero no faltan los irresolutos del tema que abren el pico y la gente se confunde con tanta palabra bien terminada y con verbos con conjugaciones poco habituales (lo de perro viejo y truco nuevo, se ve poco, la gente se asusta, es como ver a don Francisco no hablar de la teletón llegando Diciembre) que terminan espantando al sujeto o tomando sus palabras como si fueran cuchillas, incluso en las ocasiones que estos engendros hijos de diccionario les apoyan en sus argumentos. Es que la torpeza de lo común parece insuperable, espero que no sea cierto, que los irresolutos se den cuenta de su error y detonen en la normalidad lo que nunca dejó de estar, la humanidad dormida, adormilada por ella misma, pues es más cómodo caminar cuando otro te lleva con su mano señalándote el camino, hacer como que el mundo se ha configurado a tu favor en todo momento, que las otras personas no son más que súbditos de tus andares por las calles, calles que se cierran sobre sí para saludarte y comerte desde abajo, pues desde arriba las cosas parecen bastante claras cuando no se es “lúcido” como dicen los rumanos.
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