Si ve una rana pensando en una piedra, es porque definitivamente esto es importante.

lunes, 23 de mayo de 2011

Narciso III

Nota preliminar: Hemos llegado a la tercera entrega de este texto, en la cual se explica a mi parecer algo muy interesante de ver, se entiende un poco mejor a qué apunta este Narcisismo que he presentado. Además se abren nuevos horizontes que pudieron ser divisados con anterioridad, pero ahora se afirman con fuerza. ¡A disfrutar de la lectura!



Pero, ¿quién articula?, ciertamente la piedra misma no se articula a sí misma. El mundo no articula la piedra pues sino, ya no sería “piedra” ni “mundo” sino “la piedra” y “el Mundo”, cosa que es inadmisible en una mecánica de lo dado fuera del sujeto y lo articulado por éste. ¿Dios es acaso el articulador de la piedra para presentar como “la piedra” al sujeto?, yo no lo creo, de ser así, el sujeto no se sustentaría en sí para existir como articulador, sino que formaría parte del mundo y estaría en paralelo con la posición de la piedra, sería otra piedra dentro de las piedras; la libertad es la opresión que marca la diferencia, siguiendo con la analogía, la libertad hace que la piedra-sujeto surja de entre las otras piedras, no como entidad suprema, sino como residuo inverosímil y contradictorio para el sistema viviente y autosustentable que es el Mundo, una totalidad dada y funcional. Es por ello que si se ha de articular, aquel que lo realice debe existir, en otras palabras ha de referir todo aquello que conoce y vivencia a él mismo, el parangón de la existencia no ha de ser otro que él, Todo y Nada; pues solo en estos tres casos (que pueden llegar a considerarse uno solo) las referencias de existencia son válidas, pues sólo en un sujeto es que las cosas existen, solo en un sujeto las vivencias no son dadas, sino experimentadas. Bajo esta perspectiva el sujeto y Dios no se trastocan en tanto existentes al Mundo, el sujeto por no pertenecer a éste y Dios por no estar allí de manera interventora constante, pero ¿y aquellas instancias faltantes? Es sólo allí que el sujeto y Dios se trastocan, no directamente, sino como roces áuricos entre entidades que traspasan -y trasvasan- el universo a toda velocidad de manera inconsciente e ignota una frente a la otra, existe excepcionalmente la excepción, el sujeto excepcional, aquel que es capaz de parar su recorrido para sentir (padecer) el halito de lo divino, que lo percibe y, por tanto, le hace existente “subjetivamente”, no se trata aquí que exista un Dios para todos y cada uno de los sujetos ni menos para los sujetos excepcionales, sino que cada sujeto que es capaz de marcar la excepción, que hace existente lo divino, lo hace en su subjetividad, en la interioridad de aquel que articula.

Es así como el sujeto (hombre) o a lo que se llama Dios (si es que existe) son los únicos capaces de articular, uno en su individualidad, y el otro en su totalidad omnisciente y omnipotente.

De la pregunta por el articulador surge otra pregunta que marca un vacío en la argumentación precedente, de si existir Dios, entonces ¿por qué existir fuera del mundo? La respuesta no es clara ni fácil, primeramente se puede atribuir a las características propias de Dios, pero ello puede decirse también de otras divinidades, las cuales pueden entonces no ser Dios, pero sí vivir en el mundo. La respuesta a esto es sí, lo afirmo en tanto las otras divinidades son existentes en el mundo, de su proveniencia no hago cargo pues reconocer la existencia de tal o cual entidad, no quiere decir conocerla por completo sino tener o haber tenido experiencia de aquella, en base a la cual se le hace existente (recuérdese siempre el juego vivencia-confianza en estos casos); recordemos de cualquier modo y como regla diferenciadora que si reconocemos a Dios y a otras divinidades como existentes, entonces estamos subjetivando dos entidades diferentes y, por tanto, no será Dios una divinidad simplemente, sino que se le atribuye además un distintivo y es aquel distintivo que lo proclama como distante, diferente, apátrida en su creación, en donde resalta fuera de las otras divinidades que se presentan.


Mevlyma

2 comentarios:

  1. Ud.. está completamente al tanto de mis confusiones y esas mismas confusiones muchas veces me producen contradicciones bastante grandes..
    Ultimamente me gusta pensar que de algún modo todos actuamos liados a una corriente de energía..pero ¿Esa energía es superior a nosotros? No lo sé..pero de todos modos no creo que lo sea necesariamente. Esta energía tampoco creo que se encuentre actuando fuera del mundo.
    Me gusta mucho la tesis Spinozista del panteísmo que plantea que dios es todas las cosas..o las cosas mejor dicho, son modos de ser de dios.
    Está interesante este tercera parte y el tema da para discusiones bastante extensas y para muchos cuestionamientos pero ahí lo hablamos cuando llegue =) Saludos!

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  2. Ciertamente los cuestionamientos que se pueden hacer a esta parte son muchos, no niego aquello, pero mi postura frente a este escrito y la participación de Dios es la ya mencionada. Pero sin intención de apaciguar las aguas jajaja

    Gracias por el comentario y espero llegue pronto esa conversación ;D

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