Si ve una rana pensando en una piedra, es porque definitivamente esto es importante.

jueves, 28 de junio de 2012

Sentir compulsivo


El término de una relación amorosa es como una enfermedad terminal, nadie más que tu puede saber lo horrible que se siente que te apoyen moralmente, y que al final del día de vallas a la cama estando más enfermo que antes, en los albores del amor que se marchita, es allí cuando soñamos que ya no estamos enfermos sino: o hemos muerto o somos inmortales, o ya no amamos o también nos aman. Al despertar, aun seguimos muriendo -quizás más que ayer-, la muerte no llega, sino que se aproxima, así el amor no se acaba sino que se apacigua hasta que nos resignamos al destino mortal y somos capaces de cargar con la enfermedad hasta la próxima crisis y nos embarramos amando de nuevo.

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Hambre nocturna
las paredes no hablan
el mundo calla, no encuentro y no busco
la llegada de la noche mar...”
- Un mal comienzo para un mal final, nada decir y poco hablar, he de buscar mejor una coherencia que un mar... aunque la simplicidad se vuelve inocua en ocasiones. Espero que pronto pueda escribir algo de calidad, un par de líneas y paff! se derrumba todo cayendo en tontería, ojalá y la literatura no fuera lo mio, cinco libros sin terminar y muchos libros por leer -suspiro- menos mal que no estudie para contador. (2008)


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Estas palabras no representan más que un exceso, un exceso de mí mismo y de los pensamientos que el dolor me provoca, la impotencia rabiosa por la justeza de mis resoluciones, un trago amargo que aportilla la puerta de la consciencia.


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Sentir que el alma duele tanto que es el cuerpo el que se queja, entonces es que me doy cuenta de cuánto amo todavía.


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Si dejase de pensarte morirías… realmente esto no es cierto, pero tampoco es completamente falso


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Me duelen los pensamientos y me piensan los dolores, cuando no me tengo


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He tenido de un tiempo a la fecha la capacidad de salvar el día, pero –aparentemente- nunca seré un héroe, pues éste tiene la increíble capacidad de tanto salvar el día como de quedarse con la chica. La mujer amada me parece tan lejana cuando he logrado salvar el día, pues salvar lo general es mucho más soportable que intentar conciliar dos existencias de manera permanente y plena.


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Estos son escupitajos del alma,
no son ni ideas ni pesares,
ni mundos ni lugares,
cuando el alma se aqueja;
salen de juerga por mi boca y mis dedos,
 y por ellos no volverán.


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A veces siento que mi existencia se ve inmersa bajo el yugo de dos sonrisas, la de Dios y la del Diablo, la del primero al ver mis acciones y la del segundo al entenderlas.



Mevlyma.-