El caminar en la calle podría ser considerado una profesión si de aquello se pudiera hacer dinero. Si las calles tuvieran memoria probablemente serían más exactas que un libro de historia o que las anécdotas de algún personaje en un bar. Fuente de conocimiento fidedigno por sobre lo que siempre escucha del parece. Personalmente yo no vivo en una calle que tenga mucho que contar pero quien sabe. Uno tiende a ver fotografías cargadas de recuerdos y sobre ellos plasma tantas cosas que no siempre han sido. Debe ser porque recordar no es un acto que nos pertenece porque es ir al pasado y uno solamente vive en el presente. Pero ello no impida recorrer el camino que otros han recorrido. Sobre un cemento que antes fue piedra y que antes era tierra. El constante darse cuenta de los detalles se nos hace un arte. Creo que podríamos estar perfectamente sin eso porque en el fondo no es tan importante. Y al recorrer una y otra vez las calles sea por el motivo que sea veo como poco a poco el calor reflejado en el cemento , la huella de un paso anterior, el sonido de un pie que retumba en el subterráneo o el de alguna rueda que se estaciona no es más que otro detalle que se nos acumula en lo diario. Por sobre la breve vegetación de un cielo de nuevo color. Y hasta uno puede imaginar a todos estos personajes de ayer pasando por donde uno recorre ahora y se pregunta si ellos se habrán dicho lo mismo que uno a su manera. Por eso cuando uno tiene la oportunidad de ir a caminar por las calles sin más propósito que aprovecharlas uno siempre se da cuenta de algo que no vió , o de ese pequeño detalle que ya no está, como cuando miras las copas de los árboles en el viento o el reflejo en la noche de alguna luz sobre un rincón de la ventana.
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