Si ve una rana pensando en una piedra, es porque definitivamente esto es importante.

lunes, 13 de agosto de 2012

La filosofía no ha muerto...

 "[...] Un octavo cerco, un octavo cerco
en el que no hay nada [...]"

Epitafiopara Vladimir Vysostsky
La Babosa Azul (cover).


“La filosofía no ha muerto, pero está gravemente herida”

Hace un tiempo atrás leí aquello, creo que es una frase mediocre, es un punto medio, una media de las cosas, de cosas nefastas que no se quieren aceptar, estar gravemente herida o muerta es prácticamente lo mismo cuando se trata de filosofía, si no es una filosofía viva, entonces no sirve más que muerta. 

La filosofía está gravemente herida, sus hijos la han apuñalado, los filósofos ya no existen más que como sombras del recuerdo, los actuales no son más que sujetos que ejercen consciencia en un tema que se aleja o de la vida o de la filosofía.

Esa grave herida es una fisura, fragmentaria, que se derrama por el costado de donde nacen los aforismos y los pensadores aforísticos, que viven como piensan, aforísticamente.

El poeta se pregunta cómo profeta de antaño, como pitonisa que comenta sobre sus propias palabras y visiones si es que no ha sucedido ya esto en antaño, si es que no es solo que la hendidura, el puñal se ha hundido un poco más. El filósofo no puede responder, la sangre de su madre llena sus bocas, son todos unos moribundos, como su madre, como su amante, como su propio engaño.

Sus hermanos de oficio los rechazan. Pensar ya no tiene peso alguno –y nos preguntamos si es que alguna vez lo tuvo. El instinto gregario nos junta, no nos une.

Hasta la muerte escupirán a sus primos, a sus monstruos y a la herida viva de sus llagas. Poetas, literatos, theó-mito-logos, escépticos, nihilistas y pensadores, ¡todos! Son todos estos la estirpe sangrante, los que la muerte de la filosofía anhelan, los que no soportan el formalismo totalizador, cual déspota, les mira con desprecio. ¿Será que no pueden sino desear aquel abatimiento? La pesadumbre les llena y miran tras de sí a los filósofos, a su amor herido, corrupto, vomitivo y moribundo. 

El asco de la existencia no es muestra de cosa alguna más que de esa, de LA filosofía, del filosofema espurio que ya no quiere a nadie, que ya no ama saber, donde el conocimiento se ha vuelto su bandera, el sistema los ha corrompido a todos, ¡a todos! Ya no está ni estará jamás aquí el niño aquel el niño pensante, la hermosura de la humanidad se hunde en la materialidad, olvida la beldad, y, al uso el pensar no es más que distracción.

La que en antaño fue Realidad, ahora es bosquejo lejano, oculto bajo cuentas de retail.

Mevlyma.-


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