“Ya en la sombra, heroína, intacta y mártir,
tendrás bajo tus plantas a la Vida;
mientras veles, rezando mis estrofas,
mi testa, como una hostia en sangre tinta!
Y
en un lirio, voraz,
mi sangre, como un virus, beberás!”
Ascuas [fragmento],
Cesar Vallejo.-
Hoy desperté entre papeles, ninguno de real importancia…
todos de una importancia patética que se alejaba de la realidad y se convertía
en la competencia de la misma, se convertían en mi vida. Al levantarme de la
silla -y tratando de no pisar nada que pudiera arruinarse- me dirigí al buzón,
el cartero pasaba en su bicicleta, creí verle depositar algo… nueva
correspondencia para el vecino, no sería la primera vez, luego el teléfono; han
llamado a quien no está ni vive en esta casa, la tv no habla sino de
estupideces, la música; es grotesca, sin musicalidad y de ritmo “a lo tonto” o “a
lo verga”. Un par de pastillas y el desayuno se me olvida de nuevo. Quizás ya
sea hora de leerte, no te hablo hace unos días ni te preocupas hacerlo tú, quién
sabe, hasta te has comprado un perro y viajas por Europa, en tiempo de crisis todo
es posible. Enciendo la computadora y junto algunos de los papeles, en eso
recuerdo tus cartas, tus palabras, tus muecas y me empapo de recuerdos
gratificantes, todavía intento entenderte, mas no logro sino seguir tu huella a
destiempo, como todo en esta casa –a destiempo.
¿Recuerdas lo último que me has dicho? yo no, y es por eso
que lo leo cada tanto para no olvidar, para seguirte buscando. Después de todo
no siempre alguien se despide de sí mismo como tú lo has hecho.
El espantapájaros
Me largo!
y espero que no me encuentren,
que me busquen
para así se den cuenta
de lo tonto que es buscarme
y de lo grandioso que se siente hacerlo.
Entre la bruma y las hojas
se esconde el cuervo,
mas lo que quiero es un zorro
de orejas agudas y en punta
de cola ondeada y que se entrega
a
la voz del viento
Encuentro al hombre;
no es más que barro,
ni menos que eso
Humanidad me atraganta!
Humanidad vomito!
el zorro con el Sereno
Voy a tu jardín extraño amigo
tu casero me atiende y escucha,
luego se ríe y burla;
él también te busca
aquel te ama, ¿le amas tú también?
No preguntes que respondo
-me has dicho antes de marcharte-
Te respondo con gustosa frustración
zorro burlón,
no te encojes y vuelas,
entonces,
¿a qué esperas?, ¿No es esa tu ventana?
¿no son esos tus hijos los que saltan?
¿No es tu madre la muda?,
¿No son tus vecinos los muros?,
¿No son tus amigos los muertos?,
¿No es tu amante la Filosofía?
Roberto.-
Me gustó. Quizás debido a que me sentí representado de cierta forma con el sujeto, aunque por acá no hay buzón y la ingrata no anda por Europa. Saludos.
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