Si ve una rana pensando en una piedra, es porque definitivamente esto es importante.

domingo, 24 de abril de 2011

Caminata al medio día

Quisiera caer en un umbral negro, negro, negro… para así oír los gritos irresolutos, mánciles*, torpes, libertinos y hambrientos de la humanidad que quiere sacarme de mi umbral por una o varias razones, pero donde ninguna de las cuales tiene que ver conmigo. Es así que una vez más, sentir que las palabras no me tocan, sentir que las palabras no me nombran… sentir el calor de la carne, el sabor de mi sangre que se me derrama cuando muero en mí, cuando me pierdo para no degustar del mundo aquel, ese andrajo de culpas que no tienen nombre, sino hombres, caminantes que no buscan sino solo andan, sin motivo ni apariencia, sin existencia por la cual amar. El sabor de boca que trastoca mi aliento no suple palabras, sino más bien habla por sí mismo, quiero hartarme de alimentos, pero el único que siento nutrirme es mi propia saliva, mis propias palabras, pues ellas no precisan de entenderse ya que no quiero expresarlas, las formulo sin lenguaje y las entiendo sin entenderlas, las abrazo sin extremidades, las amo sin corazón, las culpo sin consciencia y las beso sin boca -¿Cómo olvidarme?- supongo ese ser uno de los inconvenientes de nacer, sentirse, ser consciencia viva y pasión gravitante de existencia

El hombre del páramo


*Mánciles: se refiere a algo que puede ser movido con delicadeza. Se requiere de cierto esfuerzo para hacerlo (ya sea grande o pequeño). La movilidad de aquello puede referir tanto a nivel físico como psicológico (o ambos a la vez). Es una forma de la posibilidad de algo que arriesga su propia identidad en aquella movilidad. Algo que se presta máncil se entrega a quien lo manipule.

miércoles, 6 de abril de 2011

Caminata al atardecer

¡Oh cuervo mío, abrázame, abrázame con fuerza y deja elevarme junto a ti!

Quisiera ser el cuervo que habita en tus humores y resplandecer en tu mirada, caminar junto a tu pisar, hablar a tu mente y susurrar a tu esperanza.

Una noche negra me acompaña, los campos se esmeran en producir -es lo que se espera de ellos después de todo-. Por otra parte los espantapájaros aúllan y no dejan que los cuervos terminen su labor, ciervos de la esterilidad aquellos hombres de paja, simulacros de mundos deseables espantan la realidad, el meditar y la cordura que ama la pasión.

Un incendio se producirá, ¿cuándo? Ciñe el cuervo atento a las palabras del Tiempo, aquello no me corresponde revelarlo, responde aquel vigilante del devenir. El cuervo cabizbajo queda mirando fijamente el suelo unos minutos para luego expresar: “tú, difamas tu nombre, apuntas y luego caminas, no precisas y exasperas; te lo agradezco, ...te lo agradezco y pido repetir. Que mis plumas cubran mi rostro y evite yo malamente hacer seña de opinión de un observador.



Este pequeño texto fue escrito hace años, es de antes que comenzara a utilizar pseudónimos, hay claras influencias de Frazer, poetas y filósofos griegos, además de la carga de existencia permanente en todos mis escritos, en mayor o menor medida, pero siempre algo se divisa al menos en un horizonte que se nos aproxima y se nos abalanza sin tregua. El escrito corresponde a un grupo de textos de diversa extensión y formato denominados en su conjunto "Sadistic desire" (Sádico deseo), los cuales fueron escritos mayormente, y en especial éste, en los atardeceres, cuando el sol baja y el rojizo horizonte nos abraza para llevarnos consigo al frío amargo y apasionado de la noche. Espero se disfrute y se entienda, pues la carga de simbolismo es grande, por lo cual su interpretación tiende a la paradoja, forzada, pero paradoja al fin.

Mevlyma




viernes, 1 de abril de 2011

ESTETICA-ETICA Y TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD



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Desde el siglo XIX, los artistas también han contribuido a enriquecer este campo con sus opiniones donde los rasgos más perdurables comenzaron a establecerse y la idea y la palabra se manifestaron por si solas en numerosos aspectos de la personalidad, historia, diseño y objetos al punto de interconectarse entre sí a nivel inconsciente para provocar una capa de terminaciones sociales tan breves y aparentes que no nos lleva a entender si al final o es la palabra la que no esconde el contexto sexual o bien son los objetos los que traen de sí una apariencia estética asociada a esa distorsión social en términos de la patología actual.

¿Pero las ideas y la palabras se manifestaron por si solas? Desde el ver intencional podemos suponer que sí, aunque siempre lo impuesto se refleja, ello nos lleva a suponer que en el fondo todo lo que ocurre es por el factor reflejo que precisamente o misteriosamente es de lo que no tenemos claridad.